“¡Psomí, pedía, elefzería! ¡I junda den
telíose to evdominda tría!”. Una consigna omnipresente en Atenas: la gente
la grita en las manifestaciones, está en pintadas, en carteles y en pancartas.
Y más que nunca se ha repetido durante la semana del 12 al 18 de Noviembre, en
la que la indignación por la reciente aprobación de las nuevas medidas de
austeridad se ha fundido con la conmemoración de uno de los episodios clave
para la caída de la dictadura militar. “¡Pan, educación, libertad! ¡La Junta
[de los Coroneles] no acabó en el 73!”.
A 39 años de la Revuelta de la Politécnica de
Atenas, al marcado carácter reivindicativo de las tres jornadas de homenajes
que se celebran tradicionalmente se han sumado numerosas comparaciones entre
pasado y presente. La analogía para muchos se ve afianzada por la percepción de
falta de legitimidad democrática de un gobierno al que muchos llaman “la
Junta”. “Sólo que ahora la dictadura la ejercen los mercados, pero habrá otra
Politécnica y les derrotaremos otra vez”, es el sentido que se desprende de
muchos de los discursos que llenan estos días el recinto de esta facultad
céntrica de Atenas, que aún luce la verja que en aquel entonces fue echada
abajo por los tanques.
La gente mayor, sin embargo, es más
escéptica. “No es que la sociedad haya olvidado, pero el conocimiento de lo que
pasó se fue diluyendo. Para los jóvenes que no habían ni nacido entonces, es
más bien algo simbólico, no se hacen a la idea. La revuelta terminó la mañana
del domingo, el tercer día… El ejército estaba en todas las calles, y a la
gente no le quedó más remedio entonces que meterse en casa. Hubo muchos
detenidos y torturados”, explica Rómilos. Aunque estudiaba física, los
acontecimientos de Noviembre del 73 le encontraron en la Politécnica como a
tantos otros. Al encierro que comenzó el día 15 a partir de una huelga
estudiantil comenzó a llegar más y más gente gracias a las emisiones de una
radio que construyeron algunos estudiantes de ingeniería eléctrica. “La noticia
se difundió muy rápidamente, todo el centro de Atenas empezó a llenarse de
gente, y no sólo estudiantes”, rememora. “Hasta las abuelas venían y nos traían
tabaco y chocolate”.
La represión comenzó el día 17 al mediodía.
“La cosa empezó con disparos ocasionales de la policía. También había al
parecer algunos francotiradores, disparando desde las azoteas. Por la tarde
empezaron los verdaderos disturbios. En algunas habitaciones se empezaron a
prestar primeros auxilios, gracias a los estudiantes de medicina y médicos que
vinieron. Sobre las once de la noche llegó el ejército, y a la una de la mañana
más o menos arrollaron la puerta con los tanques.” relata Rómilos cerca de la
puerta en cuestión. De nada sirvieron los ardientes llamamientos hechos al ejército para que no disparara contra los jóvenes ("soldados, hermanos nuestros"). “Durante toda la noche hubo mucha
violencia y no sólo aquí, había resistencia en muchos puntos de Atenas, como
por ejemplo en Zografou, donde también había facultades.” Al día siguiente, con
el fin forzoso de la revuelta, comenzaron las detenciones y el recuento de los
muertos, que aún a día de hoy no es concluyente. La cifra considerada oficial
es de 24, aunque según otros informes e investigaciones podría ascender a más
de 80. Aquí hay un breve resumen en inglés sobre las identidades de aquéllas 24 personas.
El principio del
fin
Sin embargo, ¿por qué la Revuelta de la
Politécnica, que fue reprimida con relativa facilidad, es considerada un factor
clave para la caída del régimen, que no se produjo hasta el 23 de Julio
siguiente? No era la primera vez, a lo
largo del 73, que los estudiantes se movilizaban: en febrero había tenido lugar
un sonado encierro en la Facultad de Derecho. Para muchos, lo determinante fue
que el régimen se vio obligado a mostrar su “verdadero rostro”, acabando con la
ilusión de reforma democrática que había estado tratando de construir a lo
largo del último año. El 1 de Junio se había proclamado la República, y un
cambio constitucional fue aprobado por referéndum. Asimismo, se habían
anunciado elecciones libres para el año siguiente, y más de 300 presos
políticos que se encontraban encarcelados obtuvieron una amnistía general. Si
este intento de transición, promovido por el gobierno del dictador (ahora
Presidente de la República) Papadópulos, y su primer ministro Markezinis, era
únicamente un lavado de cara, o si se trataba de un esfuerzo
“bienintencionado”, es algo que debaten aún hoy día tanto académicos como
políticos. Lo relevante fue que, a raíz de los sucesos de la Politécnica, un
sector del ejército, encuadrado en la “línea dura” del Régimen y liderado por
el Jefe de la Policía Militar Ioannidis, consideró que era hora de poner fin al
aperturismo, derrocando al gobierno de Papadópulos mediante un golpe de estado
incruento.
Los claveles rojos cubren la verja deformada por los tanques como símbolo de la sangre derramada. |
La conflictividad a la que se enfrentaba la
Junta de los Coroneles, en el gobierno desde el golpe de estado del 21 de Abril
del 67, no había dejado de crecer. Aunque el régimen nunca había gozado del
apoyo de la población, durante los primeros años la paz social se había visto
beneficiada por una mejora del nivel de vida (con sólo un 5% de paro y un
crecimiento económico del 10% anual). Las luchas intestinas dentro del ejército
impidieron sin embargo a los coroneles ofrecer durante mucho tiempo una imagen
convincente a la población, que no creyó tampoco en las reformas de Markezinis.
Y a partir de Noviembre, diversos avatares fueron complicando la situación para
la nueva cúpula dirigida desde la sombra por Ioannidis, hasta que su fallido
intento de anexión de Chipre le valiera la deposición el 24 de Julio del 74. Al
día siguiente llegaba en avión desde Francia el opositor Konstantinos
Karamanlis (tío del posterior primer ministro del mismo nombre), quien sería el
encargado de encabezar un nuevo gobierno para llevar a cabo la Metapolítefsi o Transición. Papadópulos
y Ioannidis, entre otros, serían juzgados y condenados a cadena perpetua.
Aún hoy, los interrogantes que se abren sobre
este periodo histórico y su continuación son muchos más que las certezas. Está
claro que los hechos de la Politécnica hicieron aumentar las aspiraciones de
libertad y la oposición al Régimen, pero ¿en qué medida? ¿Cuáles fueron las
consecuencias de darle la puntilla al gobierno de Papadópulos y Markezinis,
aparentemente en la cuerda floja desde que EE.UU. les retirara su apoyo y
depositara su confianza en Ioannidis? No por casualidad la manifestación que
tiene lugar todos los años el 17 de Noviembre se dirige hasta la embajada de
EE.UU.
Claveles sobre la reja de la Politécnica. |
El compositor y opositor al régimen Mikis Theodorakis. |
Sea como fuere, la Revuelta de la Politécnica
se ha convertido con el paso de los años en un símbolo poderoso, que no sólo
las distintas facciones dentro de los movimientos contestatarios hacen suyo.
Los jóvenes de hoy, salvando las distancias, se identifican en gran medida con
aquellos que se enfrentaron a los tanques en el 73. El enemigo, sin embargo, es
mucho más difuso que el de entonces. En cualquier caso, está por ver hasta qué
punto han cambiado los tiempos: ¿éste también dejaría caer su máscara en el
caso de que llegara a producirse la nueva Revuelta de la Politécnica que piden
las consignas?
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