lunes, 10 de diciembre de 2012

En la Estación de Larisa

La capital de Tesalia sigue dando nombre a la estación de ferrocarriles de Atenas, a pesar de que hoy en día pasen por ella todos los trenes, y no sólo los que se dirigen o proceden del norte. En su siglo largo de historia, fue una vez la estación terminal de rutas internacionales, con su origen en ciudades como Londres o Berlín.
En el centro de Atenas, y cercana a zonas de población mayoritariamente inmigrante como el barrio de Metaxuryío o la calle Ajarnón, la estación se encuentra a escasos cientos de metros de la oficina central de Aurora Dorada.

Desde la pasarela que cruza las vías del tren: materiales de construcción en diverso estado de abandono. Su destino son las obras de modernización y ampliación de la estación, que ocupan el espacio antiguamente dedicado a la carga y descarga de mercancías de la adyacente Estación del Peloponeso.





Mirando hacia el Norte: el andén principal de la Estación de Larisa, desde la pasarela que cruza las vías.


Una bandera griega de grandes dimensiones ondea en la fachada del edificio en que se encuentra la oficina central de Aurora Dorada. Es visible desde el sendero de tierra que el transeúnte debe emplea rpara cruzar zona de obras y escombros que flanquea las vías del tren.


Aparte de los vagones abandonados, también las secciones de los tubos de hormigón sirven de hogar a personas sin techo, la mayoría de ellas inmigrantes. La zona contigua a las vías es relativamente tranquila y ofrece multitud de recovecos en los que ocultarse o construir algún tipo de refugio contra el frío y la humedad. De fondo, separada únicamente por una tapia y por la avenida Domokou, se encuentra la oficina central de Aurora Dorada.


En el punto de mira: Unos inmigrantes duermen en el interior de unos tubos de hormigón. En primer plano, una pintada de Aurora Dorada. Los militantes de esta organización de extrema derecha efectúan numerosos ataques contra extranjeros, particularmente en las inmediaciones de sus sedes. En caso de caer en manos de la policía, los inmigrantes ilegales son encerrados en campos de internamiento a la espera de una repatriación para la que no hay fondos. El que Grecia se haya convertido en una de las principales puertas de entrada a la Unión Europea se debe al hecho de que Turquía, al contrario que otros países como Marruecos, se niega a retener o a repatriar a las personas que pretendan cruzar la frontera. Como consecuencia, otros países europeos han reforzado sus medidas de seguridad para evitar recibir a los inmigrantes que pretendan entrar desde Grecia, de manera que estos quedan atrapados de manera indefinida en la nación hasta el momento más perjudicada por la crisis.


La Estación del Peloponeso permanece cerrada desde 2005, cuando la contigua Estación de Larisa asumió todo el tráfico ferroviario de Atenas. Había sido inaugurada en 1884.


La oficina central de Aurora Dorada. Su modestia choca con la imagen en ocasiones magnificada que de la organización suelen ofrecer los medios de comunicación: contemplando el local, por lo menos desde el exterior, resulta difícil de creer que sea la sede de un partido con 18 escaños en el Parlamento. Transmite la sensación de una organización fantasma, de un espectro conjurado por intereses políticos, a pesar de que los militantes de calle sean un peligro completamente tangible. En el portal no hay placa, un folio pegado con celo informa de los horarios de apertura. Otra sorpresa de difícil explicación: los bajos del edificio están ocupados por una agencia de viajes a Rumanía, una de las tantas que ofrecen sus servicios a los inmigrantes de Metaxuryío.

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