Los empleados del Banco Postal Heleno, en pie de guerra contra la
privatización.
Las protestas
convocadas por los diversos sindicatos del sector público se han sucedido
durante la última semana de Noviembre en Grecia, en reacción a los anuncios por
parte del Ejecutivo de nuevas medidas de ahorro del gasto público. Los
trabajadores han expresado su rechazo al despido de funcionarios, a las
privatizaciones y a las nuevas reformas fiscales por medio de huelgas,
manifestaciones y ocupaciones de oficinas públicas por todo el país, con
especial impacto en Atenas.
Los empleados del Banco Postal Helénico
fueron a la huelga el viernes 30 de Noviembre, tras haber realizado diversas
acciones los días anteriores, en protesta por la privatización que va a sufrir
dicha entidad. En el curso del anunciado proceso de recapitalización de los
bancos griegos, está previsto que el Estado venda el 34% de las acciones que
aún posee del Banco Postal (más un 10% que se encuentra en manos de Correos).
Esta entidad es, sin embargo, la más “sana” del país, según los exámenes a los
que se sometió la banca en 2010.
La pérdida del control público traería
aparejado el despido de un gran número de más de 2.500 trabajadores de la
plantilla, según señalaba Antonis Delijatzios en el curso del piquete que se
llevó a cabo delante de las oficinas centrales. “Para poder realizar una
función social es fundamental que el Banco Postal conserve su autonomía”,
añadía el presidente del SETT, el sindicato que agrupa a los empleados de la
citada entidad. “Los clientes de nuestro banco son modestos y tienen poco
dinero. Es necesario que sigamos estando cerca de ellos”.
El objetivo de las movilizaciones es la
obtención de una entrevista con el ministro de finanzas, Yannis Sturnaras, para
la que sin embargo aún no hay fecha. Los empleados exigen asimismo una reunión
con la dirección del Banco. No obstante, ante la falta de respuesta, el SETT
tiene previsto continuar con la huelga, a la que, según afirmó Delijatzios,
está planeado que se sumen el resto de sindicatos de los empleados de banca.
Una jornada de
paros
Los funcionarios también se manifestaron el
viernes por las calles de Atenas, después de haber realizado asambleas en sus
respectivos lugares de trabajo para tratar las acciones a seguir ante los
recortes. Siguiendo la convocatoria de ADEDY, el principal sindicato del sector
público, numerosos hospitales cerraron sus puertas, atendiendo sólo casos de urgencia.
Se vieron también afectadas las instituciones de enseñanza, las diversas
oficinas municipales y de servicios públicos, así como los museos y
emplazamientos arqueológicos. Los juzgados, por su parte, permanecieron
cerrados con motivo de una huelga de jueces y fiscales, debida a las rebajas
salariales anunciadas por el Gobierno, que se ha prolongado ya durante varias
semanas. El colectivo anunció el pasado miércoles 28 que la actividad no se
reanudaría por lo menos hasta el 8 de Diciembre. El POE-OTA, sindicato que
agrupa a los empleados municipales, llevó a cabo, por otro lado, diversos paros
y ocupaciones a lo largo de toda la semana, que culminaron con una protesta
delante del Ministerio de Reforma Administrativa.


Protestas en
sanidad
En el ramo de la sanidad también se llevaron
a cabo ocupaciones simbólicas de edificios públicos, tanto en Atenas como en el
resto del país. Entre ellas, la del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social,
cuyos trabajadores organizaron diversos paros y protestas a lo largo de toda la
semana, reuniéndose también con el sindicato de médicos. Con las acciones pretendían
mostrar su rechazo no sólo ante los despidos anunciados por el Ejecutivo
(150.000 de un total de 780.000 funcionarios hasta finales de 2015), sino en
general ante la deriva que está tomando el sistema sanitario griego.
El sindicato que agrupa a los trabajadores
del Ministerio de Sanidad criticó en un comunicado la privatización de los
servicios sanitarios y la progresiva pérdida de derechos de sus usuarios. Más
de medio millón de personas se encuentran en la actualidad sin derecho a
atención sanitaria gratuita. El copago aplicado a quienes sí que tienen
cobertura incluye 1 euro por receta y 25 por hospitalización, afectando
especialmente a los enfermos crónicos. “Es inadmisible que todo un pueblo sea
sacrificado en el altar del Capital”, señalaba el comunicado, que llamaba a
todos los ciudadanos a sumarse a las movilizaciones y a la lucha “por el
trabajo, la dignidad y la sanidad pública”.