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Kostas Isijos/ Foto:Clara Palma |
¿Cuál es su balance
de estos 7 meses de gobierno de Syriza, lo que se ha llamado “primera
vez de la izquierda”?
Es
uno de los eslógans que han sido usados por amigos y enemigos,
espero que no lleguemos al eslógan de “izquierda por última vez”.
No es un balance de 7 meses, es un balance día por día y semana por
semana. Este gobierno estuvo manejando una negociación en la que
hubo mucha discusión interna dentro del partido de Syriza, donde
desgraciadamente hubo un déficit democrático increíble. Ni el
Comité Central ni la Secretaría Política adelantaron nunca las
decisiones. Entonces se produjo un aislamiento de Gobierno del
partido, de la sociedad y del programa político, que no fue cumplido
en su totalidad. En las últimas semanas antes del acuerdo para el
tercer paquete tuvimos una derrota estratégica histórica, al igual
que la izquierda en Grecia. Así que estamos en un punto en el que no
había otro camino para todos los diputados que no estábamos a favor
de un tercer acuerdo. No por capricho o por una cuestión personal,
sino porque era el programa preelectoral de nuestro partido, por el
que fuimos votados.
Con
este acuerdo, que por supuesto debe ser analizado dentro de un
contexto geopolítico, geoestratégico y económico dentro de Europa,
también debe ser analizado dentro de lo que es la izquierda. La
izquierda en ese punto no cumplió lo que había prometido, este
Gobierno no quiso luchar por una alternativa. Las alternativas
siempre existen en la vida, si no, tenemos que aceptar la vía de
Thatcher. Desgraciadamente el liderazgo de Syriza aceptó ese dogma,
sometiéndose al marco de los demás partidos sistémicos y a favor
de la austeridad y los memorándums.
¿Ha habido traición
de Tsipras?
A mí
no me gusta usar esas palabras, pero creo que Syriza le dio la
espalda al pueblo griego, Alexis Tsipras le dio la espalda a los
jóvenes, a los desempleados, a los 3 millones y medio de griegos que
votaron por el NO. Esto pasa por primera vez, la izquierda gana un
referéndum histórico que pone fin a las políticas de austeridad, y
en unas pocas horas ese No se convierte en Sí y en un acuerdo mucho
peor que los anteriores. Este tercer paquete no contiene sólo
cuestiones económicas, sociales, es neocolonialismo puro. Se pierde
terreno, se pierden islas, la energía, el agua, la soberanía
nacional, nada se puede votar en el Parlamento sin el Sí o el No de
los acreedores. Esto ya es una colonia formal dentro de Europa. Eso
de que se abrieron algunos caminos para la izquierda es un cuento. No
sólo le hemos hecho daño al pueblo griego, sino a la izquierda
europea y mundial. Así que nosotros estamos tratando de revitalizar
el programa por el que fue votada la izquierda. Por supuesto que
Unidad Popular es una fuerza que surgió en las últimas horas antes
de las elecciones, porque si no no habría otra voz en esta lucha
electoral para poder presentar un programa antimemorándum,
proeuropeo, para los pueblos de Europa.
Algunos dicen que la
mejor estrategia ahora es esperar, pero por lo menos desde el
Gobierno, no volver a la oposición.
Si
el dilema es estar en una cárcel de 10 metros cuadrados o de 4
metros cuadrados... ese no es un verdadero dilema. ¿Seguir en el
Gobierno porque sí, sin tener un plan, habiendo firmado una
austeridad continua que nos va a llevar a una deuda pública de
400.000 millones de euros -una de las cifras más altas del mundo,
para una población de 11 millones-, con una economía que lleva 6
años en recesión? Seguir en el gobierno, ¿por qué? ¿para
implementar las políticas de la Troika? Se puede seguir en el
gobierno para transformar, para cambiar, para dar soluciones
prácticas. Este no es un Gobierno democrático, es un Gobierno
establecido por la Sra. Merkel, y no lo digo yo. Cuando Tsipras dijo
que se celebrarían elecciones el 20 de septiembre, la Sra. Merkel
dijo una frase muy importante: “creemos que estas elecciones serán
una solución y no una parte de la crisis”. Algo sabe. Y hay que
tener en cuenta que uno de los chantajes contra Tsipras, desde el
principio, era para que se desembarazase de la izquierda de Syriza,
que es quizá el alma de la lucha de nuestro pueblo, de los
movimientos sociales, de los jóvenes. Hoy Syriza no tiene juventud
política, todos se fueron. ¿Para quién gobernar? Gobernar, sí,
pero sabiendo a quién representamos y por qué estamos haciendo lo
que estamos haciendo.
Se les critica por
haber esperado al momento de anunciarse las elecciones para
marcharse, y no haberlo hecho cuando ya se sabía qué clase de
acuerdo se iba a firmar.
Este
es un argumento muy barato. 44 parlamentarios votamos en contra de
las precondiciones y del acuerdo, un tercio de Syriza. El propio
primer ministro dijo que si había elecciones, quienes votaran en
contra o se abstuvieran no irían en las listas. ¿qué otra cosa
podemos hacer? ¿Ir a elecciones sin tener voz, cuando somos un
tercio los que tenemos otra posición, y no una posición marginal,
sino que es el espíritu, el alma, el núcleo de nuestro programa? Y
pocas horas después de haberse anunciado elecciones anticipadas,
sabiendo que nuestro bloque no tiene fondos no tiene un partido... no
podíamos irnos a casa. Hemos luchado y seguiremos luchando, dentro y
fuera del Parlamento, y por eso decidimos seguir nuestro camino.
¿Diría que el
programa de su partido es el programa de Salónica dando un paso más
allá?
Se
trata de seguir con el núcleo del programa de Syriza, que hablaba de
romper con la austeridad, con el chantaje y crear crecimiento social.
Pero seguirmos un poco más allá. Creo que todos los ciudadanos en
Europa se han dado cuenta de que el sistema de la Eurozona, no es
solamente un sistema monetario, sino de valores neoliberales, es una
cárcel para los pueblos de Europa. A cualquier país que plantee
salir de la zona del euro se les presenta como si el infierno
estuviera esperándoles. Europa sufre una crisis muy grave a todos
los niveles, y creemos que nuestra propuesta para la salida del euro
puede crear condiciones de crecimiento, pero no es algo que se pueda
hacer de un día para otro. Tenemos un plan, pero necesitaríamos un
periodo de 6 a 8 meses para estabilizar la economía. Durante ese
tiempo evidentemente tendríamos muchos problemas pero después
habría crecimiento. Esto es lo que hay que explicarle al pueblo
griego. Esto era parte de la política de Syriza. La decisión de
nuestro último congreso era que si no podíamos seguir con un
acuerdo dentro de la zona del euro teníamos que explorar otras
alternativas, pero nunca fue una vía, nunca se exploró.
Según las encuestas
los griegos rechazan salir del euro.
Las
compañías que hacen las encuestas en Grecia son parte de la mafia
nacional. Son compañías que le daban al No un 40-48% y salió un
63%. En enero cuando Syriza ganó con 5 puntos de diferencia, le
daban de 1 a 2 puntos. Manipulan la conciencia de la gente. Todo lo
que dicen las encuestas acaba saliendo completamente diferente. ¿Por
qué no hacer un referéndum sobre la cuestión del euro, de Europa?
El euro es una cárcel para los pueblos en la que no puede existir
crecimiento, salvo para Alemania. Es por eso que en España, Italia,
Irlanda, Portugal, Grecia está creciendo la pregunta de por qué
seguir en la zona del euro.
¿Cómo se produciría
esa transición?
Es
un camino que no hemos recorrido aún. Tiene que haber una
metodología y un plan muy concreto para evitar recortes en ciertas
necesidades sociales durante los primeros meses. La financiación
puede venir de muchos sitios. Tuvimos una propuesta del banco de
crecimiento de los BRICS para recibir un préstamo, que no es como
los que recibimos de los acreedores, donde de cada 100 euros que
recibimos 88 van para pagar deuda. Tenemos planes muy concretos,
tenemos las minas de oro, tenemos hidrocarburos que se pueden
explotar, tenemos nuestra fuerza marítima, la propuesta del puente
energético de Rusia-Turquía-Grecia al centro de Europa, el canal de
Suez, donde los primeros puertos de entrada a Europa son el Pireo y
Tesalónica. Mientras que con el tercer rescate estos puertos, así
como los aeropuertos, se los quedan los acreedores. La izquierda no
puede implementar ese tipo de políticas. Decir que era la única
posibilidad para evitar un infierno son las mismas palabras de
Samarás o de Papandreu.
Por
supuesto que habrá dificultades pero en este plan que nosotros
tenemos, sabemos que todos los países que han tratado de salir de
ajustes, de control económico y político -nosotros somos el primer
ejemplo europeo- Tenemos que convertirnos en un experimento positivo,
saliendo del euro y con un plan económico y social que abra la
puerta para romper con la hegemonía de Alemania en Europa. Los
alemanes lo saben bien y por eso en la negociación nos sometieron a
un crash test, del que tenemos que salir más maduros y más
inteligentes para los próximos pasos