viernes, 18 de septiembre de 2015

"Grecia ya es una colonia de Europa". Entrevista con Kostas Isijos, portavoz de Unidad Popular

 
Kostas Isijos/ Foto:Clara Palma

¿Cuál es su balance de estos 7 meses de gobierno de Syriza, lo que se ha llamado “primera vez de la izquierda”?

Es uno de los eslógans que han sido usados por amigos y enemigos, espero que no lleguemos al eslógan de “izquierda por última vez”. No es un balance de 7 meses, es un balance día por día y semana por semana. Este gobierno estuvo manejando una negociación en la que hubo mucha discusión interna dentro del partido de Syriza, donde desgraciadamente hubo un déficit democrático increíble. Ni el Comité Central ni la Secretaría Política adelantaron nunca las decisiones. Entonces se produjo un aislamiento de Gobierno del partido, de la sociedad y del programa político, que no fue cumplido en su totalidad. En las últimas semanas antes del acuerdo para el tercer paquete tuvimos una derrota estratégica histórica, al igual que la izquierda en Grecia. Así que estamos en un punto en el que no había otro camino para todos los diputados que no estábamos a favor de un tercer acuerdo. No por capricho o por una cuestión personal, sino porque era el programa preelectoral de nuestro partido, por el que fuimos votados.
Con este acuerdo, que por supuesto debe ser analizado dentro de un contexto geopolítico, geoestratégico y económico dentro de Europa, también debe ser analizado dentro de lo que es la izquierda. La izquierda en ese punto no cumplió lo que había prometido, este Gobierno no quiso luchar por una alternativa. Las alternativas siempre existen en la vida, si no, tenemos que aceptar la vía de Thatcher. Desgraciadamente el liderazgo de Syriza aceptó ese dogma, sometiéndose al marco de los demás partidos sistémicos y a favor de la austeridad y los memorándums.

¿Ha habido traición de Tsipras?

A mí no me gusta usar esas palabras, pero creo que Syriza le dio la espalda al pueblo griego, Alexis Tsipras le dio la espalda a los jóvenes, a los desempleados, a los 3 millones y medio de griegos que votaron por el NO. Esto pasa por primera vez, la izquierda gana un referéndum histórico que pone fin a las políticas de austeridad, y en unas pocas horas ese No se convierte en Sí y en un acuerdo mucho peor que los anteriores. Este tercer paquete no contiene sólo cuestiones económicas, sociales, es neocolonialismo puro. Se pierde terreno, se pierden islas, la energía, el agua, la soberanía nacional, nada se puede votar en el Parlamento sin el Sí o el No de los acreedores. Esto ya es una colonia formal dentro de Europa. Eso de que se abrieron algunos caminos para la izquierda es un cuento. No sólo le hemos hecho daño al pueblo griego, sino a la izquierda europea y mundial. Así que nosotros estamos tratando de revitalizar el programa por el que fue votada la izquierda. Por supuesto que Unidad Popular es una fuerza que surgió en las últimas horas antes de las elecciones, porque si no no habría otra voz en esta lucha electoral para poder presentar un programa antimemorándum, proeuropeo, para los pueblos de Europa.

Algunos dicen que la mejor estrategia ahora es esperar, pero por lo menos desde el Gobierno, no volver a la oposición.

Si el dilema es estar en una cárcel de 10 metros cuadrados o de 4 metros cuadrados... ese no es un verdadero dilema. ¿Seguir en el Gobierno porque sí, sin tener un plan, habiendo firmado una austeridad continua que nos va a llevar a una deuda pública de 400.000 millones de euros -una de las cifras más altas del mundo, para una población de 11 millones-, con una economía que lleva 6 años en recesión? Seguir en el gobierno, ¿por qué? ¿para implementar las políticas de la Troika? Se puede seguir en el gobierno para transformar, para cambiar, para dar soluciones prácticas. Este no es un Gobierno democrático, es un Gobierno establecido por la Sra. Merkel, y no lo digo yo. Cuando Tsipras dijo que se celebrarían elecciones el 20 de septiembre, la Sra. Merkel dijo una frase muy importante: “creemos que estas elecciones serán una solución y no una parte de la crisis”. Algo sabe. Y hay que tener en cuenta que uno de los chantajes contra Tsipras, desde el principio, era para que se desembarazase de la izquierda de Syriza, que es quizá el alma de la lucha de nuestro pueblo, de los movimientos sociales, de los jóvenes. Hoy Syriza no tiene juventud política, todos se fueron. ¿Para quién gobernar? Gobernar, sí, pero sabiendo a quién representamos y por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo.

Se les critica por haber esperado al momento de anunciarse las elecciones para marcharse, y no haberlo hecho cuando ya se sabía qué clase de acuerdo se iba a firmar.

Este es un argumento muy barato. 44 parlamentarios votamos en contra de las precondiciones y del acuerdo, un tercio de Syriza. El propio primer ministro dijo que si había elecciones, quienes votaran en contra o se abstuvieran no irían en las listas. ¿qué otra cosa podemos hacer? ¿Ir a elecciones sin tener voz, cuando somos un tercio los que tenemos otra posición, y no una posición marginal, sino que es el espíritu, el alma, el núcleo de nuestro programa? Y pocas horas después de haberse anunciado elecciones anticipadas, sabiendo que nuestro bloque no tiene fondos no tiene un partido... no podíamos irnos a casa. Hemos luchado y seguiremos luchando, dentro y fuera del Parlamento, y por eso decidimos seguir nuestro camino.

¿Diría que el programa de su partido es el programa de Salónica dando un paso más allá?

Se trata de seguir con el núcleo del programa de Syriza, que hablaba de romper con la austeridad, con el chantaje y crear crecimiento social. Pero seguirmos un poco más allá. Creo que todos los ciudadanos en Europa se han dado cuenta de que el sistema de la Eurozona, no es solamente un sistema monetario, sino de valores neoliberales, es una cárcel para los pueblos de Europa. A cualquier país que plantee salir de la zona del euro se les presenta como si el infierno estuviera esperándoles. Europa sufre una crisis muy grave a todos los niveles, y creemos que nuestra propuesta para la salida del euro puede crear condiciones de crecimiento, pero no es algo que se pueda hacer de un día para otro. Tenemos un plan, pero necesitaríamos un periodo de 6 a 8 meses para estabilizar la economía. Durante ese tiempo evidentemente tendríamos muchos problemas pero después habría crecimiento. Esto es lo que hay que explicarle al pueblo griego. Esto era parte de la política de Syriza. La decisión de nuestro último congreso era que si no podíamos seguir con un acuerdo dentro de la zona del euro teníamos que explorar otras alternativas, pero nunca fue una vía, nunca se exploró.

Según las encuestas los griegos rechazan salir del euro.

Las compañías que hacen las encuestas en Grecia son parte de la mafia nacional. Son compañías que le daban al No un 40-48% y salió un 63%. En enero cuando Syriza ganó con 5 puntos de diferencia, le daban de 1 a 2 puntos. Manipulan la conciencia de la gente. Todo lo que dicen las encuestas acaba saliendo completamente diferente. ¿Por qué no hacer un referéndum sobre la cuestión del euro, de Europa? El euro es una cárcel para los pueblos en la que no puede existir crecimiento, salvo para Alemania. Es por eso que en España, Italia, Irlanda, Portugal, Grecia está creciendo la pregunta de por qué seguir en la zona del euro.

¿Cómo se produciría esa transición?

Es un camino que no hemos recorrido aún. Tiene que haber una metodología y un plan muy concreto para evitar recortes en ciertas necesidades sociales durante los primeros meses. La financiación puede venir de muchos sitios. Tuvimos una propuesta del banco de crecimiento de los BRICS para recibir un préstamo, que no es como los que recibimos de los acreedores, donde de cada 100 euros que recibimos 88 van para pagar deuda. Tenemos planes muy concretos, tenemos las minas de oro, tenemos hidrocarburos que se pueden explotar, tenemos nuestra fuerza marítima, la propuesta del puente energético de Rusia-Turquía-Grecia al centro de Europa, el canal de Suez, donde los primeros puertos de entrada a Europa son el Pireo y Tesalónica. Mientras que con el tercer rescate estos puertos, así como los aeropuertos, se los quedan los acreedores. La izquierda no puede implementar ese tipo de políticas. Decir que era la única posibilidad para evitar un infierno son las mismas palabras de Samarás o de Papandreu.

Por supuesto que habrá dificultades pero en este plan que nosotros tenemos, sabemos que todos los países que han tratado de salir de ajustes, de control económico y político -nosotros somos el primer ejemplo europeo- Tenemos que convertirnos en un experimento positivo, saliendo del euro y con un plan económico y social que abra la puerta para romper con la hegemonía de Alemania en Europa. Los alemanes lo saben bien y por eso en la negociación nos sometieron a un crash test, del que tenemos que salir más maduros y más inteligentes para los próximos pasos

No hay comentarios:

Publicar un comentario