Confirmando
los presagios, la coalición de Tsipras ha sido la fuerza política
más votada en Grecia en las Europeas. Pero con un 26% frente al 22%
de Nueva Democracia, la fragmentación del voto hace depender la
viabilidad de una enventual toma del poder de un trabajo de
acercamiento entre las fuerzas sociales alternativas.
Un hombre intenta reconocer a los diputados de Syriza que están abandonando el Parlamento para unirse a una protesta contra la austeridad el pasado 30 de Marzo./ C. Palma |
Por primera, un partido de izquierdas gana unas elecciones en Grecia.
Syriza mantiene -sin ampliar- el resultado de las nacionales de 2012,
pero es aupado por la caída que experimenta el partido del primer
ministro que, junto con El Olivo (la coalición electoral en que se
integra el Pasok, su socio de gobierno) pierde un total de 11 puntos.
Es por ello que el partido ultraderechista Amanecer Dorado se cuela
en tercer lugar con el 9'19%, mientras que el quinto puesto lo ocupa
el Partido Comunista (KKE, 7'28%), seguido del recién constituido y
mediático To Potami, (6,17%). La participación total es muy difícil
de establecer debido a las irregularidades del censo, pero supera en
cualquier caso el 60% y con ello la media europea.
Otro factor
a tener en cuenta ha sido la discrepancia de los resultados con los
de las elecciones regionales y locales (cuya 2º ronda se celebraba
el mismo 25 de Mayo), en las que han primado las candidaturas
personalistas e independientes. Una de las pocas victorias
significativas de Syriza fue en la región del Ática, que concentra
a más de un tercio de la población del país. Pero como señalan
los analistas, los votantes suelen guiarse por el pragmatismo en las
locales y por las preferencias ideológicas en las europeas.
El Ejecutivo
griego y los medios de comunicación afines reconocieron la victoria
de Syriza, afirmando en cambio que su incapacidad de exceder el 30%
que suman los socios ND-Pasok implica un deseo de estabilidad y
continuidad por parte de los electores. Como concesión al
descontento, el primer ministro Andonis Samarás reformará su
gabinete. El Pasok por su parte ha anunciado un congreso para
reconstituirse y aglutinar a otros fuerzas exangües de filiación
ideológica similar.
Fiel a su
campaña, Tsipras se apresuró a pedir la convocatoria de elecciones
anticipadas tan pronto como se conocieron los resultados. Y ha
manifestado que la papel provisional e interino del actual gobierno
lo deslegitima para aprobar cualquier medida importante. Sin embargo,
tácitamente se presupone que esas elecciones no tendrían lugar
mucho antes de principios del año que viene, antes de la votación
del Presidente de la República. Un aplazamiento que conviene tanto a
ND, para convencer de la narrativa de la recuperación, como a
Syriza, que tiene mucho trabajo pendiente.
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La nueva gobernadora del Ática por Syriza, Rena Duru, durante un acto de la campaña electoral./ C. Palma |
¿Un
gobierno viable?
Y es que, si
los actuales resultados se repitiesen en unas nacionales, Syriza
obtendría unos 70 diputados. Aún con los 50 escaños que la ley
electoral otorga a la formación mas votada (y cuya modificación ya
han sugerido varias voces en el gobierno), necesitaría como mínimo
30 más para formar gobierno.
Según Yanis
Varufakis, semejante conjunción no es imposible. Para el economista
y asiduo analista de la crisis de la deuda, Syriza disfruta de una
dinámica poderosa que les puede llevar al gobierno si la manejan
bien.“El resultado dependería de las negociaciones con otras
fuerzas políticas”, comenta a Diagonal. “Por ejemplo ciertos
sectores del Pasok podrían considerar la integración en un gobierno
de este tipo, justificando su presencia como contrapeso, o
supervisión del “radicalismo” de Syriza”.
Otras
fuerzas que eventualmente podrían apoyar a Syriza, como Izquierda
Democrática o la coalición Antarsya, no superan sin embargo el
umbral del 3%. Entretanto, el KKE llamó expresamente a no apoyar a
Syriza, un partido al que consideran reformista, en las segundas
vueltas de las elecciones locales. Como socio evental queda por lo
tanto To Potami (El Río), un partido constituido en los últimos
meses por el periodista televisivo Stavros Theodorakis y que ha
cosechado un 6'6% principalmente entre ex votantes del Pasok de zonas
urbanas.
En efecto,
un análisis del voto nos muestra que, mientras que las áreas
rurales se decantan por los partidos convencionales, la población
urbana está extremadamente fragmentada. En los barrios de clase
alta, Nueva Democracia obtiene una clara victoria, en tanto que en
las zonas más desfavorecidos el voto se polariza.
Por lo
demás, Syriza encuentra su principal apoyo entre trabajadores del
sector público, estudiantes y parados de larga duración, mientras
que el sector privado se inclina hacia Nueva Democracia y la extrema
derecha. No conviene olvidar que la de Amanecer Dorado, con su medio
millón de votos, es una de las victorias más contundentes. Con 6 de
sus 18 diputados en la cárcel y a pesar de la campaña de descrédito
por parte del Gobierno -temeroso de la fuga de electores-, los
autodenominados nacionalsocialistas helenos se han convertido en la
tercera fuerza política creciendo hasta el 9'39%.
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Alexis Tsipras, durante una reunión en el Parlamento./ C. Palma |
Influencia
en Europa
Queda por
ver cómo repercutirán en Europa los resultados de Syriza. De
momento, el partido enviará al Parlamento Europeo a 6 eurodiputados,
entre los que se encuentran el héroe nacional Manolis Glezos
-luchador de la Resistencia durante la II Guerra Mundial- y
Konstantina Kúneva, trabajadora de la limpieza y migrante, que en
2008 fue atacada con ácido debido a su labor sindical.
“Sería
ingenuo hablar de la victoria de Syriza como un acontecimiento
histórico para la izquierda europea, que en general no ha obtenido
muy buenos resultados en Europa si exceptuamos el repunte de españa”
apunta Varufakis. “[Lo que ocurra a continuación] depende del
trabajo que hagan en el Parlamento Europeo, pero una verdadera
influencia Syriza solo la tendrá si gana unas elecciones
nacionales”.
En efecto,
tanto Syriza como fuerzas extranjeras más o menos afines anunciaron
los comicios en Grecia como un referéndum sobre la austeridad en el
país que más la ha sufrido, que enviaría a la Troika un mensaje
incontestable de cambio social. Sin embargo, los resultados no
muestran un predominio claro de una opción política concreta. Los
partidos contrarios a las medidas de austeridad que superan el umbral
del 3% suman un 47%, frente al 36% de quienes la defienden, aunque
para ello es preciso incluir a la extrema derecha. Por otra parte, el
total de votantes que se decantan por la opción de izquierdas excede
en más de 10 puntos a los que apuestan por el signo político
contrario, pero únicamente contando en el primer grupo a Pasok y To
Potami.
Sin embargo,
y aún lejos de suponer un tsunami político, el primer puesto de
Syriza supone cuantitativamente un paso adelante con un nada
desdeñable valor simbólico. Según señala Varufakis, la
candidatura de Tsipras ha sido exitosa en tanto que ha infundido
energía y esperanzas y ha mostrado que la izquierda puede
constituirse en alternativa a la crisis sin comprometer su
radicalismo.
Para el
analista, ahora es el turno de la izquierda de convertir la propuesta
de Syriza “en una nueva narrativa hegemónica que desafíe a la
falta de alternativas del sistema establecido.”
Aquí la noticia en Diagonal.
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