viernes, 1 de febrero de 2013

“Lo que encarece la producción no es el coste del trabajo, es el beneficio que extrae el empresario”

La primera fábrica recuperada en control obrero de Grecia entraba en funcionamiento el pasado 12 de febrero. Después de dos años en lucha, los trabajadores de Viomijanikí Metaleftikí, en Tesalónica, han avanzado otro paso y comenzado a producir prescindiendo de los empresarios y organizándose de manera horizontal. Charlamos con Theodoros Karyotis, de la Iniciativa de Solidaridad con VIO.ME.


Cuéntanos un poco cuál era la situación anterior a que los trabajadores se hicieran con el control de la fábrica de VIO.ME y cómo surgió todo este movimiento.

Este conflicto se prolonga ya desde hace dos años. Los trabajadores, como en cualquier otra lucha obrera de las tantas que hay en Grecia, intentaron en primer lugar conseguir el pago de los sueldos que se les debían. Sin embargo, las luchas de este tipo no suelen tener éxito, especialmente si la empresa está en quiebra. Entonces surgió entre los trabajadores la idea de cobrar en acciones, pero se dieron cuenta de que heredarían junto con ellas todas las deudas de la empresa. Por lo tanto, trataron de llegar a un acuerdo con los propietarios. Pero éstos no quisieron ni darles información ni facilitarles todo este proceso, y finalmente abandonaron la fábrica por completo. VIO.ME en sí no había quebrado, sino que elaboraba materiales de construcción para la empresa matriz, Filkeram. Cuando ésta quebró, VIO.ME pasó a ser uno de sus activos, bajo el control de un administrador, que intentó liquidar la fábrica para pagar a los acreedores. Los trabajadores estaban en contacto con este administrador, negociando con él y siguiendo en todo momento la vía legal. Pero se dieron cuenta de que pasarían años antes de que se celebraran los juicios, y mientras sus familias pasarían hambre. Por ello decidieron asumir ellos mismos la producción, sin tener la aprobación de los propietarios.

¿Fue entonces cuando se generó la ola de solidaridad?

Al tomar esta decisión a mediados del año pasado, los trabajadores intentaron buscar alianzas por todos lados. No tenían ninguna filiación política, solo tenían un proyecto claro en su cabeza que era asumir el control de la empresa empleando la democracia directa. Por eso la mayoría de los partidos políticos no querían vincularse, les parecía demasiado radical. La izquierda institucional o bien no se pronunció, o lo hizo con muchísimas dudas, o bien directamente rechazó el plan. Sí que respondieron los movimientos sociales de todo tipo, especialmente los que luchan por la autogestión, por la democracia directa, por el control obrero. Y ésta sigue siendo la composición actual de la Iniciativa de Solidaridad.


Visita a la fábrica recuperada/ VIO.ME.


A la hora de tomar la decisión de poner en producción la fábrica bajo control obrero, ¿los trabajadores tomaron como inspiración o referencia alguna experiencia similar?

Sí, desde el primer momento Argentina, era un referente de autogestión. Así que trajimos a Lalo Pared, del movimiento de empresas recuperadas de Argentina, una persona maravillosa que nos aportó muchísima experiencia y calor humano. Aunque no hablaba el mismo idioma que los trabajadores, y tenía que mediar la traducción, se identificaron muchísimo con él. Nos decía que no es nada fácil recuperar una fábrica, pero que es una experiencia transformadora, que te cambia como persona. Y cuando vino él, el septiembre pasado, fue cuando incluso los últimos trabajadores que no estaban convencidos finalmente se decidieron.

¿Qué forma legal han adoptado los trabajadores para operar la fábrica? ¿Es una cooperativa? 
 
Por ahora operan la fábrica como sindicato de trabajadores. La batalla legal que como sindicato mantienen con los propietarios les ha permitido confiscar de manera legal todos los materiales y los productos ya manufacturados que estaban dentro de la fábrica. Los productos ya fabricados los sacaron a subasta para pagar una parte de los sueldos que se les debían y parte de las deudas que la empresa tenía con otros acreedores. Esta forma legal les permite de momento poder vender el producto. Pero ahora están trabajando con un equipo de expertos para encontrar la forma legal más apropiada, y pronto formarán una cooperativa de trabajadores.

¿De qué manera se organiza y reparte el trabajo? 
 
El trabajo se reparte a través del sindicato de base. Éste, legalmente debe tener una serie de cargos, como el presidente, el tesorero, etc. Pero los propios trabajadores decidieron no darles validez a estas figuras. Trabajan y toman las decisiones de manera asamblearia; cada trabajador tiene un voto. Makis Anagnostu, el “presidente” del sindicato, funciona a modo de portavoz, transmitiendo las decisiones de la asamblea a los medios de comunicación y a otras organizaciones, pero no tiene ningún poder propio.

En cuanto a la viabilidad económica del proyecto, ¿qué planes hay para distribuir el producto? ¿ha sido realizada alguna previsión sobre las ventas que son necesarias para mantener la fábrica en funcionamiento y cobrar unos sueldos dignos?

Ahora mismo un equipo procedente de la Iniciativa de Solidaridad está colaborando con los trabajadores para elaborar un plan de negocio para establecer cómo se va a colocar el producto en el mercado y qué volumen es necesario para garantizar unos salarios dignos. La situación de todas maneras es difícil, y no sólo para VIO.ME, sino para toda la economía griega. Además con las últimas medidas del proceso de reestructuración neoliberal que estamos sufriendo en Grecia los sueldos de todas formas han bajado muchísimo. La meta de los trabajadores no es volver a tener sus sueldos anteriores, sino simplemente poder sobrevivir y sacar adelante a sus familias. No estamos seguros todavía de si podremos recuperar a los clientes mayoristas a los que vendía el anterior propietario, aunque se intentará vender también a minoristas. Pero hay alternativas, y todas ellas surgen de la estrecha relación que tienen los trabajadores con el movimiento de solidaridad y con la propia comunidad que hay detrás. Otra idea que se plantea es modificar la producción para sacar nuevos productos, como detergentes ecológicos, que podrían tener un uso doméstico y se distribuirían a través de las tiendas y de las estructuras del resto del amplio movimiento de economía social y solidaria que ahora mismo está floreciendo en Grecia. Ya hay alrededor de 1000 o 1500 estructuras de economía social y solidaria: cooperativas de consumo, de producción, todo tipo de centros sociales, etc. Otra novedad es que el producto será bastante más barato que antes, entre otras razones porque no existe el coste del empresario. Estamos acostumbrados a incluir los sueldos de los trabajadores dentro del coste de producción. Pero debemos invertir esta relación y darnos cuenta de que lo que encarece la producción no es el coste del trabajo, es el beneficio que extrae el empresario. Al desaparecer este beneficio, el producto se ha abaratado a 2/3 del precio anterior. 


Parte del equipo de trabajadores/ VIO.ME

¿Creéis que la generalización de este tipo de iniciativas en el marco de la economía social sería una alternativa viable para combatir la crisis económica?

No las vemos solamente como una alternativa para superar la crisis, sino como una alternativa a la organización social en su conjunto. Estamos construyendo un nuevo mundo. El 11 de febrero tuvimos un concierto para recaudar fondos para comenzar con la producción. Fue un éxito enorme. Uno de los trabajadores explicó al micrófono que lo que están haciendo no es sólo para sacar adelante a sus familias, se ajusta a una visión completa de lo que debería ser la sociedad; una sociedad basada en valores totalmente distintos: la solidaridad, la proximidad, la justicia social. Es otra manera de hacer política, hacer política desde abajo. Ahora mismo existe una desilusión enorme con el sistema político, que puede tener varias caras. Una de las caras más características ahora mismo en Grecia es la cara destructiva, de los que recurren al odio y a las ideologías cerradas y xenófobas. Pero hay otra cara que es la de los movimientos sociales, que intentan generar un nuevo mundo y empiezan a crear estructuras nuevas, promoviendo nuevos valores como los de la solidaridad, de la cooperación. Por debajo de lo que se muestra en los diarios y en la televisión, ahora mismo en Grecia hay una creatividad social sin precedentes. Ahora mismo todo nuestro sistema político, económico y moral está en crisis, es decir en juicio, y por supuesto que no supera ese juicio… La crisis genera muchísima miseria y pobreza, pero también tiene su lado positivo: la gente empieza a buscar alternativas y empieza a ser creativa, porque ya no espera a nadie que la salve, sino que toma su vida en sus propias manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario