La primera quincena de enero finaliza con nuevas movilizaciones en los
sectores del transporte, la banca y la sanidad, en un clima de tensión
propiciado por diversos ataques contra sedes de partidos y viviendas, de
autoría aún incierta.
Hacia las tres de la madrugada
del lunes 14 de enero, dos hombres efectuaron disparos contra la sede nacional
del partido gobernante Nueva Democracia. Los atacantes huyeron después de la
céntrica Avenida Singrú en un coche robado, según reconstruyeron los
acontecimientos los testigos presenciales. Sin embargo, únicamente dos
proyectiles, uno de Kalashnikov y otro de revólver, llegaron a penetrar las
oficinas, a pesar de que la policía encontró hasta nueve casquillos en la
calle. Éste fue el hasta la fecha último y más espectacular de los hasta 17
ataques violentos registrados durante el anterior fin de semana. Entre los
objetivos, las viviendas de cinco periodistas, y del hermano del portavoz del
Gobierno. Sin que se produjeran heridos en ninguno de los casos, también
sufrieron ataques las sedes de partidos políticos, la compañía pública de
electricidad y varios cajeros automáticos.
Los ataques coordinados a las viviendas
de los periodistas han sido reivindicados en un comunicado por grupos de
tendencia insurreccionalista, que les acusan de colaborar con el establishment. No así la acción contra
la sede de Nueva Democracia, cuya atribución ha desatado la polémica en la
escena política helena. La coalición gobernante respalda la tesis de la
policía, que ha señalado las similaridades entre este ataque y otros
perpetrados en 2003 por el grupo Lucha Revolucionaria. Nueva Democracia
atribuye la escalada violenta a una respuesta de la “extrema izquierda” frente
a los recientes desalojos de Centros Sociales Okupados, y ha criticado a SYRIZA
por no condenar con suficiente contundencia los actos violentos. Por su parte,
varios diputados de SYRIZA han puesto en tela de juicio la tesis de la autoría
izquierdista y han calificado al suceso de “distracción”. Entre ellos Manolis
Glezos, conocido héroe de la resistencia anti-nazi, barajó la posibilidad de
que se tratase de una maniobra orquestada por agentes paraestatales.
Por otro lado, el asesinato de un
hombre de origen paquistaní a manos de presuntos simpatizantes de Aurora Dorada
viene a sumar tensión a un ambiente ya enrarecido por el anuncio de nuevos
recortes y protestas. También por la reciente ofensiva contra varios espacios
autogestionados de la capital ateniense, contra la que miles de personas se
manifestaron el pasado sábado 12. Entre los desalojados en el curso del último
mes se encuentran los emblemáticos Centros Sociales Okupados Villa Amalias y
Lela Karagianni, ambos con más de 20 años de historia a sus espaldas.
Huelgas contra la privatización y los recortes
En el terreno de las
movilizaciones en el ámbito laboral, los empleados de banca de todo el país
fueron a la huelga el martes 15, con el fin de solidarizarse con las protestas
de los trabajadores del Banco Postal Helénico, que se oponen a la inminente
privatización de la entidad. La Federación de Organizaciones de Empleados de
Banca anuncia ya sin embargo nuevas protestas para un futuro próximo.
Por su parte, los albañiles
fueron a la huelga y se manifestaron el día 16 en contra del aumento de la edad
de jubilación en su ramo, y el 17 hicieron lo propio los profesionales
sanitarios, convocados por la Asociación Médica Panhelénica, con el fin de
expresar su rechazo a la degradación del sistema sanitario ocasionada por los
últimos recortes.
También la Federación Panhelénica
de Trabajadores Ferroviarios ha anunciado protestas contra los procesos de
privatización de las empresas públicas TRAINOSE y ROSCO y contra la
equiparación de su nómina con la del resto de empleados públicos. Para luchar
por este último objetivo se hallan preparando movilizaciones de larga duración
conjuntas con los trabajadores de OASA, compañía que agrupa autobuses,
tranvías, trolebuses, metro y cercanías de Atenas. Los sindicatos de estos
sectores exigen a la Administración que respete el convenio colectivo, frente a
una asimilación salarial que consideran injusta debido al mayor número de días
laborables y a la peligrosidad que incluye su trabajo frente al de los
empleados públicos que desempeñan su labor por ejemplo en una oficina. Por su
parte, la Corporación de Operarios del Metro de Atenas convocó de manera
independiente una huelga para los días 17 y 18 de enero que colapsó el tráfico
de la capital.
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